sábado, 9 de noviembre de 2013

VERITAS


 
¿VALE  LA  PENA  CORRER  DETRÁS  DE LA  VERDAD?

  Comenzaba el curso en el centro de enseñanza "Santo Domingo" de Villanueva de Castellón. Para motivar sobre la campaña pastoral que se iba a llevar a cabo en el centro, se hizo una dinámica de grupos.
  En un momento determinado nos dijeron: "Ahora,  quien lo desee, que escriba una palabra, aquella que exprese mejor lo que deseáis, buscáis y esperáis de este curso. Atención, se prohíben frases.
  Aparecieron poco a poco distintas palabras: "Aprendizaje", "Diálogo" "Comunicación", "Evangelio"...Alguien se levantó y escribió con mayúsculas: VERITAS, en latín.
  Luego vino la segunda parte. Se subrayaron las palabras que considerábamos más importantes y se tacharon las demás.
  La primera palabra tachada fue la palabra VERITAS. Podíamos entonces preguntarnos: "Entonces, ¿Qué hacemos aquí profesores y alumnos? ¿Cuál es nuestra misión en este centro si no es ser buscadores de la verdad? ¿Qué otra cosa podemos esperar de un curso escolar y de cualquier curso a lo largo de la vida, si no es el encuentro con la verdad?....No se entiende.
  La tercera parte consistió en preguntar ¿Por qué se había subrayado o tachado tal o tal palabra?...
  Alguien dijo: "Quiero preguntar a quien ha tachado la palabra VERITAS y por el motivo que lo hizo". Todos escuchamos su respuesta: "Me da la sensación de que cuando se coloca la palabra VERITAS alguien se siente ya poseedor de la verdad y esto es muy peligroso. Estamos aquí para buscar la verdad, no para darla y menos para imponerla".
  Se hizo total silencio. Los demás aprobábamos su afirmación.
 
  Buscar  la verdad es un asunto demasiado importante en la vida de las personas y en la actual situación de la humanidad...para prescindir alegremente de esa responsabilidad.
  Está claro que la verdad completa siempre estará por delante de nosotros. Es más una meta a perseguir que una conquista a defender. El camino hacia la verdad es largo y fatigoso. Pero es vocación de las personas buscarla, perseguirla, acogerla allí donde esté y se nos revele. La verdad total está al final. No al final de un curso escolar, sino al final de muchos cursos. Al final de ese gran curso que es la vida humana. Llegará cuando contemplemos a Dios.