miércoles, 14 de octubre de 2015

CAMPAÑA PASTORAL 2015-2016

                        
                        ¿QUIEN ERES TÚ, DOMINGO DE GUZMÁN?

 


  Este año celebramos el jubileo de Santo Domingo de Guzmán que siempre hablaba con Dios o de Dios. Hace 800 años de la primera fundación de frailes de la que nosotros, hoy, somos testigos.
  Ante nosotros se abre una ventana nueva, un curso nuevo. El deseo de aprender que es curiosidad, búsqueda, inquietud, creatividad, apertura a la vida y a la fe.
  Que el Señor nos ayude a abrir la ventana de la confianza en Dios, del esfuerzo, de la ilusión, de la sensibilidad, del compartir, del respeto y del aprecio de toda la comunidad educativa.

¡FELIZ CURSO 2015-2016!

ORACIÓN  PARA  EL  NUEVO  CURSO

  Señor del tiempo y de la vida: Gracias por esta nueva oportunidad de empezar y seguir avanzando, aprendiendo, preguntando, buscando...
  Queremos pedirte que nuestra mirada sea profunda y limpia para mirar con esperanza los días de este nuevo curso que vamos a compartir.
  Acompáñanos en la travesía del crecimiento, de la entrega, del amor y de la lucha por un mundo más humano y más justo para todos.
  Que demos la bienvenida con una sonrisa a todos los que ofrezcan su mano y sepamos crear con ellos una red de acogida, de implicación, de solidaridad de modo que cada alumno y cada historia nos sean importantes.
 Que recibamos como un regalo tuyo, personal, cada una de las cosas y de las personas creadas.
  Que en cada uno de nuestros gestos no falte ni la ternura, ni la compasión y que sepamos comprender y acoger las alegrías y las dificultades de los que nos rodean.
  Que cada mañana despertemos con energía, con un gracias en el corazón y en los labios, y que en nuestras palabras y hechos, anuncien que tu PRESENCIA sigue viva entre nosotros.
  Siembra toda nuestra vida con semillas de paz y de esperanza, que nos hagan crecer como personas y mejorar este rincón de tierra en el que nos has puesto.
  Te ofrecemos todas las horas de este nuevo curso para que seamos capaces de enredarnos en la vida de los demás ofreciéndoles lo mejor de nosotros.
  Señor, se Tú nuestra roca, nuestra fuerza, nuestro consuelo y nuestro apoyo.